viernes, 22 de mayo de 2009

BRINDATE, PARA QUE SEAS FELIZ


Si abrigas un bello pensamiento
no te quedes con él, manifiéstalo.

Si quieres pedir perdón y decirle a esa persona que la quieres, hazlo.

Si tienes oportunidad de componer un poema, escríbelo y obséquialo.

Si deseas cantar una canción,
cántala y sé feliz.

Si unas lágrimas asoman a tus ojos,
déjalas brotar y desahógate.

Si te viene el deseo de reír,
ríe y contagia tu alegría.

Si ansías tener algo y puedes poseerlo,
adquiérelo y disfrútalo.

Si puedes brindar ayuda a un semejante,
dala toda y no te limites.

Si vas a dar un consejo,
mejor sugiere, para no equivocarte.

Si tienes animales no los maltrates,
protégelos.

Si anhelas un mundo más hermoso,
cuida la naturaleza.

Si hay un niño a quien puedes educar,
cuídalo hasta hacerlo hombre.

Si tienes sueños, hazlos realidad
esforzándote más y siendo digno.

Si en verdad quieres ser feliz,
no te quedes con las ganas y:..

¡Sé autentico!
¡Sé natural!
¡Sé sincero!
¡Sé bondadoso! y...
Brindate para que seas feliz!


(Autor desconocido)

viernes, 15 de mayo de 2009

RECUERDA NUNCA ES TARDE ¡HOY ES UN NUEVO DIA!

DEDICADO A LOS NIÑOS QUE FUIMOS, SOMOS Y EN ESPECIAL A MIS DOS SOLES QUE ME EMOCIONAN Y ASOMBRAN TODOS LOS DIAS.


Cuando pensaste que no estaba mirando, te vi colgar mi primer dibujo en la puerta del refrigerador e inmediatamente quise hacer otro.

Cuado pensaste que no estaba mirando, te vi darle de comer a un gatito perdido y aprendí a ser bondadoso con los animales.

Cuando pensaste que no estaba mirando, te vi hacer mi pastel favorito para mí y aprendí que las cosas pequeñas pueden ser especiales en esta vida.

Cuando pensaste que no estaba mirando, te escuché decir una oración, aprendí que hay un Dios al que podría hablarle siempre y aprendí a confiar en Dios.

Cuando pensaste que no estaba mirando, te vi hacer comida y llevársela a un amigo que estaba enfermo y aprendí que todos tenemos que ayudarnos el uno al otro.

Cuando pensaste que no estaba mirando, te vi dar de tu tiempo y dinero para ayudar a las personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deberían dar a los que no tienen.

Cuando pensaste que no estaba mirando, sentí que me diste un beso de buenas noches y me sentí amado y seguro.

Cuando pensaste que no estaba mirando, te vi cuidar de nuestro hogar y a todos nosotros y aprendí que deberíamos cuidar lo que nos han dado.

Cuando pensaste que no estaba mirando, te vi afrontar tus responsabilidades, aunque no te sintieras bien y aprendí que tendría que ser responsable cuando crezca.

Cuando pensaste que no estaba mirando, vi lágrimas derramarse de tus ojos y aprendí que hay veces las cosas te hieren, pero está bien llorar.

Cuando pensaste que no estaba mirando, vi que yo te importaba y quise ser todo lo que podía ser.

Cuando pensaste que no estaba mirando, aprehendí la mayoría de las lecciones de la vida que necesitaba saber para ser una buena y productiva persona cuando crezca.

Cuando pensaste que no estaba mirando, te miré y te quise decir, “Gracias por todas las cosas que vi cuando pensaste que no te estaba mirando.”

Este hermoso poema nos recuerda que los niños son esponjas a las lecciones sutiles encontradas en nuestras acciones.

Un mundo mejor empieza en un hogar mejor.

Si los niños viven con crítica, ellos aprenden a condenar.

Si los niños viven con hostilidad, ellos aprenden a pelear.

Si los niños viven con piedad, ellos aprenden a sentirse apesadumbrados de sí mismos.

Si los niños viven con ridiculez, ellos aprenden a ser tímido.

Si los niños viven con vergüenza, ellos aprenden a sentirse culpables.

Si los niños viven con tolerancia, ellos aprenden ser pacientes.

Si los niños viven con estímulo, ellos aprenden ser seguros de sí.

Si los niños viven con alabes, ellos aprenden el aprecio.

Si los niños viven con aprobación, ellos aprenden a quererse a sí mismos.

Si los niños viven con aceptación, ellos aprenden a encontrar amor en el mundo.

Si los niños viven con reconocimiento, ellos aprenden a tener una meta.

Si los niños viven compartiendo, ellos aprenden a ser generosos.

Si los niños viven con honestidad e imparcialidad, ellos aprenden lo que es la verdad y la justicia.

Si los niños viven con seguridad, ellos aprenden a tenerse fe a sí mismos y en los que lo rodean.

Si los niños viven con serenidad, ellos aprenden a tener una paz mental.

Nuestros niños son el futuro, ¿Qué clase de futuro estás moldeando para ellos?

Recuerda, nunca es tarde.

¡Hoy es un nuevo día!